Arauca
Todo listo para la Semana Santa. Diócesis de Arauca fijó directrices para la semana santa 2021 ante la pandemia por el covid-19
«Estamos afrontando, todavía, el drama de la pandemia del COVID-19 que ha provocado muchos cambios, incluso en la forma habitual de celebrar la liturgia. Las normas y directrices contenidas en los libros litúrgicos, concebidas para tiempos normales, no son enteramente aplicables, en tiempos excepcionales de crisis como estos. Por tanto, el Obispo, como moderador de la vida litúrgica en su Iglesia, está llamado a tomar decisiones prudentes para que las celebraciones litúrgicas se desarrollen con fruto para el Pueblo de Dios y para el bien de las almas que le han sido confiadas, teniendo en cuenta la protección de la salud y cuanto ha sido prescrito por las autoridades responsables del bien común» (Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Nota para los obispos y las Conferencias Episcopales sobre las celebraciones de la Semana Santa 2021).
Por lo anterior, ante el desarrollo de la pandemia que vivimos y que ya ha cobrado tantas víctimas en nuestro país (hoy 20 de marzo: 6.761 nuevos casos, 136 fallecidos. Total a la fecha: 2´331.187 casos registrados, 61.907 fallecidos), con el propósito de aportar eficazmente a evitar la propagación del COVID-19, teniendo en cuenta las indicaciones de la Santa Sede y la Conferencia Episcopal de Colombia, así como las disposiciones adoptadas por las autoridades civiles competentes, y luego de un diálogo y discernimiento con todo el presbiterio diocesano, en la Diócesis de Arauca se toman las siguientes determinaciones para la celebración de la Semana Santa 2021:
1. Continuar aplicando las normas dadas por las autoridades civiles competentes, concretamente en lo que respecta a los «protocolos de bioseguridad» para las diferentes celebraciones litúrgicas. Por lo anterior:
– Se debe guardar en los templos el distanciamiento entre personas que ha sido establecido por las autoridades (2,00 metros hacia los costados y 1,50 metros hacia delante y hacia atrás).
– Se debe tener un aforo máximo del 35% de personas, incluidos los ministros, si el espacio del lugar lo permite de acuerdo al distanciamiento exigido.
– Se debe mantener el uso obligatorio del tapabocas durante toda la ceremonia, la desinfección de manos al ingreso de los templos, la desinfección de los lugares antes y después de cada celebración, así como el distanciamiento y las disposiciones para evitar el contacto físico.
– Si bien ya no son necesarias las listas de las personas que participan presencialmente en las celebraciones, se considera que estas listas son un instrumento valioso para controlar la asistencia y el aforo permitido, por lo cual es oportuno seguir teniéndolas.
– La toma de temperatura y la desinfección del calzado no son ya necesarios.
– Se debe seguir cumpliendo las medidas para evitar aglomeraciones de personas a la entrada y salida de las celebraciones.
– Se deben seguir cumpliendo todas las demás normas dadas para las celebraciones litúrgicas en general, y para la Eucaristía en particular, como: desinfección de las manos por parte de los ministros, distanciamientos debidos, la no realización del gesto del saludo de la paz con contacto físico sino con una venia, la recepción de la comunión en la mano del modo dispuesto por las normas litúrgicas, la no distribución de subsidios y folletos, etc.
2. En cuanto a las ceremonias de la Semana Santa en particular:
– Celébrese solo en las iglesias y capillas en donde se pueda cumplir con los «protocolos de bioseguridad» exigidos y las demás normas aquí indicadas. Solo de manera excepcional, en donde sea posible y con la autorización y acompañamiento de las autoridades civiles respectivas, evitando aglomeraciones y desordenes, y aplicando las normas indicadas en los «protocolos de bioseguridad», se pueden aprovechar espacios exteriores y circundantes al templo parroquial para facilitar la participación de un número mayor de fieles.
– No se permiten las procesiones, manifestaciones de devoción y piedad popular y eventos que puedan conllevar, fuera de los templos, aglomeraciones de personas.
– Para las celebraciones del Domingo de Ramos, del Jueves Santo, del Viernes Santo y de la Vigilia Pascual, se deben seguir las indicaciones dadas por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, a saber:
• Domingo de Ramos. La Conmemoración de la Entrada del Señor a Jerusalén se celebre en el interior del edificio sagrado, adoptando la segunda forma prevista del Misal Romano, sin el desplazamiento de los fieles, solo de los ministros, siempre guardando las distancias exigidas.
• Jueves Santo. Se omita el lavatorio de los pies, que ya es facultativo. Al final de la Misa en la Cena del Señor, se omita también la procesión y el Santísimo Sacramento se reserve en el sagrario (que conviene adornar de una manera más especial). En este día, se concede excepcionalmente a los presbíteros la facultad de celebrar la Misa, sin la presencia del pueblo, en lugar adecuado. Por el bien de los fieles, puede celebrarse una Misa por la mañana.
• Viernes Santo. En la oración universal incluir al final la especial intención por los que se encuentran en situación de peligro, los enfermos y los difuntos a causa de la pandemia. La adoración de la Cruz con el beso se limitará solo al celebrante.
• Vigilia Pascual. Para la liturgia bautismal, se mantenga solo la renovación de las promesas bautismales.
– Procurar que las celebraciones, en especial las presididas por el Obispo, puedan ser seguidas por los fieles a través de los diferentes medios de comunicación y difusión (Radio, Televisión, Internet). No sobra aclarar que, debido a las circunstancias especiales que vivimos, la participación por estos medios de las celebraciones es válida, no se incurre en falta moral y se cumple con el precepto debido.
– Para complementar lo anterior, y sobre todo en los sitios en donde el uso de los medios de comunicación y difusión no sea posible, se buscará indicar a los fieles el momento de inicio y de finalización de las celebraciones (como por ejemplo con un toque de campanas), para que de esta manera ellos se puedan unir espiritualmente a las mismas.
– Recordar a todos que, en estos momentos, ante la imposibilidad de acceder a recibir la Sagrada Comunión de manera física, se recomienda poder hacerlo de manera espiritual. Esto es, expresar vivamente el deseo interior de recibir a Jesucristo en la Eucaristía sin efectuar materialmente la Comunión sacramental, es decir, sin recibir la hostia consagrada.
– Para el Sacramento de la Reconciliación y Penitencia se han de tomar todas las medidas de precaución establecidas, como: hacerlo en un lugar ventilado fuera del confesionario, conservando la distancia adecuada entre ministro y penitente, usando mascarillas protectoras y buscando preservar el sigilo sacramental.
– Prepárense y/o utilícense subsidios adecuados para motivar la oración y vivencia de la Semana Santa en familia y personal, como los ofrecidos por el Departamento de Liturgia de la Conferencia Episcopal de Colombia. Así mismo, anímese la oración con la Liturgia de las Horas.
Acogiendo el pedido del Ministerio de Salud, invitamos a todos a «no bajar la guardia» frente a las amenazas del virus; por lo cual, es importante no olvidar el cuidado personal y de los demás, acatando responsablemente las medidas de bioseguridad; también, siendo conscientes del riesgo que representan las visitas y reuniones prolongadas con los familiares y amigos.
Desde la fe, no desfallezcamos en la esperanza, aprovechemos esta experiencia para crecer en todas las dimensiones de nuestra vida y asumamos estas circunstancias a las que nos vemos enfrentados, con serenidad y prudencia.
Imploremos la Maternal protección de Nuestra Señora la Virgen María, la Negrita de la cordillera, piedemonte y sabana, así como la intercesión de san José, de nuestra patrona santa Bárbara y nuestro beato Jesús Emilio.
Arauca, sábado 20 de marzo de 2021.
+ Jaime Cristóbal Abril González
Obispo de la Diócesis de Arauca