Las autoridades en el municipio de Arauca NO han dimensionado el grave problema social que en los actuales momentos viene afrontando el municipio de Arauca con la llegada masiva de migrantes venezolanos llegados desde diferentes estados del vecino país.
Aunque es malo hacer señalamientos, lo grave de esta situación, es que, al municipio de Arauca, como a otras localidades del departamento no han llegado personas con calidades humanas y profesionales, sino de las peores caleñas, con antecedentes judiciales y criminales, las cifras de capturas de las autoridades lo evidencian.
Ajena ha estado la administración municipal del alcalde Edgar Fernando Tovar Pedraza para dimensionar lo que viene pasando en la ciudad. Ya es muy común ver personas en condición de calle e inmersos en la indigencia, una situación nunca evidenciado en la ciudad capital.
En todo un fortín de delincuentes se ha convertido parte del Malecón Ecoturístico para el refugio de estas personas inmersas en el tráfico de estupefacientes, prostitución y alguno de ellos aliados de la guerrilla, a quienes les hacen favores para atentar contra los integrantes de la fuerza pública y hasta asesinar a los mismos ciudadanos colombianos y venezolanos. En menos de ocho días se han registrado dos asesinatos múltiples.
Migración Colombia, también ha estado ajeno a evidenciar esta problemática que se vive a lo largo del malecón ecoturístico, un sitio que perdió su atractivo y hoy está tomado por los migrantes venezolanos y no es xenofobia, sino una realidad palpable de la ausencia de un Estado que le ha quedado grande defender y hacer soberanía en esta frontera colombiana.
La misma presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Santafé, Yamila Rojas, hizo una radiografía del diario vivir que se tiene en esta zona que colinda con el barrio San Luis, donde los operativos de las autoridades son nulos, como del personal de Migración Colombia. Allí a orillas del río Arauca los migrantes han improvisados cambuches, donde duermen, cocinan y hacen sus necesidades que son desechados al río Arauca.
Las administraciones y las mismas autoridades quizás desconocen otra realidad que se vive en los asentamientos humanos que están en esta misma margen del río Arauca. Algunos sectores se han convertido en territorio vedado para las mismas autoridades, casos puntuales Brisas del Arauca y El Recreo, donde la semana pasada fue asesinado un joven, allí no el carro blindado de la policía logró entrar por temor a un posible atentado.
Quienes tienen amplio dominio sobre estos sectores, son los traficantes de combustible, alimentos perecederos y alucinógenos, mafias que también están aliadas con las guerrillas que operan a ambos lados de la frontera. Allí también tienen una gran mafia, la de los guardias y militares venezolanos que también cobran su vacuna, a los civiles y las mismas guerrillas colombianas para poderse mover a ambos lados de la frontera.
Estos es tan solo un panorama general de lo que está pasando en Arauca. Ni qué decir de la plaza de mercado satélite que se tiene en el barrio Los Libertadores, donde igualmente se vienen moviendo mafias por estos negocios, en que se trafica el combustible, alimentos perecederos y alucinógenos, una situación de la que peses a los intentos de las autoridades acabar con las intervenciones, continúa siendo un fortín a los grupos armados a la ley con las que se financian sus actuaciones.
Es de especial cuidado lo que está pasando en la zona de frontera, en los asentamientos humanos, hacia allí deben enfocar todos los esfuerzos y mirar la realidad de miseria que ha ido creciendo, pero también, guarida de delincuentes y guerrilleros que son los que se están financiando con la necesidad de los más débiles y que en muchas ocasiones se planea las alteraciones de orden público. Dios nos salve y proteja…
