Los delincuentes no tienen límites en Arauca capital y hasta las personas de la tercera edad también vienen siendo afectados con los actos delincuenciales que están desbordados en diferentes sectores del municipio.
El turno ahora fue para el folclorista, don Pedro Herrera, una persona de la tercera edad, ampliamente conocido en el municipio de Arauca, por su aporte cultural que durante años ha tenido este baluarte de la música en la interpretación de la bandola.
Siempre lo ha acompañado una vieja bicicleta, que, si no estamos mal, tenía más de 35 años con ella, lo llevaba a donde quería y la podía dejar en cualquier lugar y no le pasaba nada. Esta vez la dejó pagando en el parque conocido como La Jirafa, del barrio Cristo Rey de donde se la llevaron los delincuentes.
En esta oportunidad no ocurrió así, y al dejarla parqueada en una parte de la ciudad, su compañera, la vieja bicicleta fue presa de los ladrones, la que terminaron llevándosela sin conocerse hasta el momento su paradero.
Y es que la delincuencia ha llegado tanto en Arauca que hasta un simple bombillo de esos ahorradores de energía ya no se pueden colorar en las afueras de las viviendas porque a estos elementos se los terminan llevando los delincuentes, viciosos que por unos pesos terminan vendiendo estos elementos para poder comprar los alucinógenos.
La situación de ladronismo y atraco a mano armada, mujeres arrastradas por robarles sus boldos en pleno movimiento en motocicletas vienen adelantando bandas delincuenciales que han sido conformadas por migrantes venezolanos y hasta colombianos que siguen haciendo de las suyas en Arauca capital, una situación que se le ha salido de las manos a las autoridades.
Por fortuna todavía siguen existiendo en Arauca personas de buen corazón y al conocer la situación ocurrida a don Pedro Herrera con el robo de su bicicleta, Esteban Mosquera, el Asesor de Paz de la Gobernación, quien le obsequió una nueva bicicleta, no de las mismas características, pero sí una tipo montañera que le permitirá a don Pedro Herrera continuar transitando por las calles como acostumbra a hacerlo, ahora con una cadena para asegurar el velocípedo.
