Los delincuentes no tienen límites, esta vez se ensañaron contra las instalaciones del Cementerio Municipal de la ciudad de Arauca. Una obra que en los últimos años tuvo una inversión aproximada de $300 millones de pesos para el mejoramiento de sus locaciones en la administración del entonces alcalde Benjamín Socadagüí Cermeño.
Personas inescrupulosas no midieron las consecuencias y por la entrada a la capilla con la que cuenta el campo santo, en sus paredes fueron amontonadas una cantidad de hojas de los árboles que hay en el sector y que después le prendieron fuego en las horas del día aprovechando la soledad del sector.
El objetivo con esta acción fue que con el calor las paredes terminaran debilitándose y con ellas las baldosas que estaban pegas en las paredes, las que terminaron llevándose los delincuentes porque por allí no quedaron rastros de ellas.
Con las adecuaciones hechas en el cementerio municipal se levantaron y adecuaron las paredes, le fue instalada en su alrededor una concertina metálica con el fin de evitar que los ladrones ingresaran al campo santo que continuamente venían siendo vulnerado y profanado por los delincuentes que se llevaban los crucifijos de metal, se prestaba para relaciones amorosas y hasta para el consumo de alucinógenos.
Además, se adecuaron bóvedas y se instalaron luminarias, con todos los acabados en mejoramiento de paredes y las puertas, haciendo de este lugar, un sitio más seguro que hoy vienen a deteriorarlo en estas circunstancias.
La comunidad le ha pedido a la administración municipal personal de vigilancia en el sector ante estos daños vandálicos que se vienen cometiendo en el cementerio, porque una sola persona no da abasto para atender las necesidades que se presentan y la atención a la comunidad en estos tiempos de pandemia.
